sábado, 22 de enero de 2011

Abogada Jennifer Robinson: "Julian Assange es extremadamente inteligente y las conversaciones con él son intelectualmente excitantes"

La abogada australiana de 29 años, del fundador de Wikileaks, Jennifer Robinson, es una letrada famosa por representar a Julian Assange.
En la entrevista del 18 de enero concedida al diario español El País, ella habló sobre su persona y sobre su trabajo. Ella manifestó que siempre busca trabajos que hagan su vida más interesante, y que reconoce que quería abrir jurídicamente un proceso global contra el Santo Padre por los presuntos abusos sexuales de miembros del clero. Según ella, "los casos controvertidos" no le resultan ajenos.  En su currículum figura que ella colaboró con ONGs en Papúa Oeste, que entrevistó a exiliados iraníes víctimas de la tortura y que fue arrestada y deportada de Indonesia
Robinson explica que antes de tomar decisiones en su vida siempre se pregunta “¿qué es lo que hará mi vida más interesante?” y reconoce que así “hasta ahora no ha funcionado mal”.
 Su implicación en Wikileaks
Jennifer Robinson narra que conoció a Assange en octubre de 2010 en el Frontline Club de Londres, el refugio londinense del fundador de Wikileaks. 
Al parecer Assange contactó con la firma para la que ella trabajaba, Finers Stephens Innocent. La abogada afirma que “están persiguiendo a Julian” y que nunca en su corta carrera “ha visto un caso tan débil como este”. Por ello, considera que existe un propósito tras la persecución motivado por algo que ella denomina el “factor Assange”.
"Lo mejor de Julian es su compromiso con su misión. Es extremadamente inteligente. Las conversaciones con él son intelectualmente excitantes. Pero lo que realmente impresiona, lo que le diferencia de los demás, es su compromiso. Ha comprometido su vida para hacer esto".
 Robinson, tal y como explicó a la periodista que la entrevistó, creció en Nueva Gales del Sur, en Australia, a dos horas de Sidney. Sus padres se dedicaban a entrenar caballos de carreras A los 21 años, Robinson dejó el país rumbo a Indonesia. Allí empezó su labor como activista por los derechos humanos.
Tras pasar por Oxford, empezó a trabajar para Geoffrey Robertson, un famoso abogado australiano, que la envió a entrevistar a ex prisioneros iraníes por el mundo. “He visto casos estremecedores, historias terribles. Es triste, pero cuando hablas con ellos, compruebas que sienten alivio al contarte su historia”, dijo.
"Julian está siendo perseguido. Es más fácil para los Gobiernos acusarle de crímenes y de poner en riesgo la seguridad nacional que lidiar con el contenido de los cables, que reflejan abusos de derechos humanos y corrupción. La gente tiene que ver más allá de esa persecución", concluyó.
(publicado por Mauritz.   fuentes: ElPaís.es (Joseba Elola) ;  Forumlibertas.com)

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