El francés Olivier Mauny, de 52 años, trabaja desde mucho tiempo en el sector del lujo. Se graduó en la Escuela Superior de Comercio de París, pero su vida realmente dio un gran giro cuando se fue, en sustitución de la prestación del servicio militar, como cooperante a El Cairo (Egipto). Trabajó para una compañía tabacalera en el norte de África, también para Yves Saint Laurent, donde durante un lustro se curtió en temas de marketing en perfumería. Después, trabajó para Roger Gallet y más tarde en el grupo LVMH para desarrollar fragancias en los mercados japoneses e italianos. Durante cuatro años fue el consejero delegado de Lalique y desde enero de 2009, de ERES, la firma de trajes de baño y de lencería propiedad de Chanel. La entrevista fue hecha por el diario CINCODIAS.com hace unos días, durante la apertura oficial de la tienda de Claudio Coello, en Madrid. Esta primavera abre en Puerto Banús (Marbella) y en breve -están buscando espacio-, en Barcelona.
Entrevista
Manejarse en el sector del lujo debe requerir cualidades que otros sectores no precisan.
Se requiere cierta sensibilidad hacia el producto y que realmente se ame la marca, que a su vez ha de tener contenido e historia. Sin principios y valores es difícil conseguirlo. Se requiere cierta creatividad pero también tener cierta sensibilidad y nivel estético. Y, por supuesto, es necesario tener feeling para los productos. Me costaría trabajar con un producto con el que no tuviera alquimia.
¿Cuando trabajaba en la tabacalera también tenía esa conexión?
Incluso el tabaco tiene un fuerte contenido en imagen, la gente no lo compra por casualidad. La unión entre la parte