viernes, 18 de febrero de 2011

Entrevista al oncólogo español Josep Baselga

(fuente: ElPais.com (Emilio de Benito))
El oncólogo Josep Baselga (Barcelona, 51 años) fue entrvistado por el corresponsal Emilio de Benito del diario ElPais, cuando llegó a Madrid desde Nueva York. El dirige el servicio de Oncología del hospital de Massachusetts en EEUU. Aparte de su trabajo en Boston, Baselga -el padre del Herceptin, la terapía que hace 10 años revolucionó el tratamiento del cáncer de mama- sigue como director científico del Instituto de Oncología  del hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Ambos sitios son "tremendamente distintos", afirma. "Ahí tengo 100 oncólogos en el equipo, en Barcelona son 25". 
"En Boston están acostumbrados a recibir gente de fuera. Es, con la Universidad de Harvard y el MIT, la fuente del 50% de la producción en biomedicina del mundo. Es increíble el talento", afirma. Y eso se refleja también en cómo se ha integrado su familia (esposa y cuatro hijos, de 6 a 17 años): "Ahí están los mejores colegios de Estados Unidos. Y los niños de hoy día, con Facebook y esas cosas, se mueven con mucha más facilidad que nosotros".
Otra ventaja para la vida familiar son los horarios. "El trabajo en EE UU se concentra por la mañana. Llego al hospital antes de las seis de la mañana, y no soy el primero. Pero la jornada laboral se acaba a las cinco, aunque yo me quedo hasta las siete con mis cosas", dice. Este horario le ha permitido una novedad en su
vida: "Ir a cenar cada día a casa".
Aunque dirige un gran equipo, su ilusión es seguir investigando. "Gestionar no es lo que te hace saltar cada día de la cama". Por eso él tiene dos despachos: uno en las oficinas centrales del hospital, y otro en el laboratorio. "Y los miércoles los dedico a ver a mis pacientes, a escribir mis artículos", cuenta. Ahora trabaja en las mutaciones que hacen que el Herceptin no funcione en algunos casos.
Solo hace una excepción a su vida familiar. "Una o dos noches por semana tengo que dedicarlas a actos benéficos. El hospital es privado pero sin ánimo de lucro, y ahí hasta los ascensores llevan el nombre del filántropo que lo ha financiado. Eso en España sería impensable, porque no tenemos la cultura anglosajona del dar", cuenta satisfecho. Y pone un ejemplo: "Antes, el sueño americano era nacer pobre y morir rico; ahora es nacer pobre, hacerse rico y morir pobre. No creen en la herencia, y los millonarios no dejan todo a sus hijos. Un paciente me dijo que sus 800 millones de dólares los iba a donar, que dejaría algo para que sus hijos estuvieran bien, pero no como para que pudieran vivir sin trabajar", cuenta.
No sabe cuánto durará su estancia en EE UU. "Mi corazón está en España, pero ahora mi objetivo es crear la mejor unidad del mundo de ensayos clínicos de nuevas moléculas en oncología", dice despacio, como dictando. ¿Es falta de modestia? "Si te levantas y no tienes el propósito de hacer lo mejor, es preferible no levantarse", sentencia al filo del segundo café.
De maravilla la entrevista. Yo personalmente le deseo muchos éxitos y buena salud a este gran médico ejemplo para todos nosotros. 

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